47 Congreso MCEP
Pasando por un tiempo extraño. Lo teníamos todo dispuesto.
Sentíamos una inquietud especial, ¿Se nos habría olvidado algo?
Lo importante era que llegarais bien. Os esperábamos con el corazón y los brazos abiertos, a los que conocemos y queremos y a toda la gente nueva que quería descubrir este MCEP nuestro.
De cada rincón del mapa llegaríais con las maletas llenas de experiencias, creaciones preciosas para llenar la exposición, ganas de compartir, de seguir aprendiendo.
Teníamos tanto que contarnos, necesitábamos compartir todo lo que ha supuesto este año tan especial en la escuela, en cada instituto, en cada una de nuestras clases: hablaríamos de sentimientos, de las pérdidas y la resiliencia, del cuidado de la tierra, de los cuidados de las personas, de la pobreza,..
Y teníamos pendientes debates que nos ayuden a seguir en esta pedagogía de la cooperación, repensando quiénes somos y qué queremos hacer en este camino utópico de una educación que cuide la vida, que nos enseñe a construir una nueva escuela para esta nueva realidad, o tal vez sólo recordar nuestras técnicas Freinet y valorar si sirven ahora también.
Y está la nueva ley de educación, las encuestas que dirán lo que somos y lo queremos ser y había que dedicarle un tiempo a contar lo que hemos sentido como enseñantes en este periodo “sin escuela” y tenemos pendiente que hacer con el documento de “Propuestas metodológicas” y cómo cambiar la escuela.
Y además habría tiempo para nuestras “imágenes poéticas”: para los encuentros informales, para los abrazos, para llorar y recordar a nuestra Nina, para conocer la tierra que nos acogería, para charlar largo y tendido, para cantar y bailar.
¡Como nos hubiera gustado recibiros, ofreceros el abrazo cálido y los besos a raudales!
¡Teníamos tanto que compartir, tantas experiencias que contarnos!