Nueva Edición – junio 2022.
El Li(br)o de un maestro algo Fre(i)nético. Aprendizaje, educación y escuela. Vivencias y reflexiones de José L. Alonso Sánchez,
En esta nueva edición, que hacemos con la Editorial Coleman, se añade un nuevo anexo que recoge varios artículos y comunicados elaborados a raiz de la pandemia y sus consecuencias en el día a día de las escuelas.
José Luis reclama a los lectores, casi continuamente, unas veces de forma explícita y de forma implícita a lo largo de todo el texto, que hemos de abordar sin temor el reto de construir otra propuesta educativa en la escuela pública que queremos: “Una escuela formada por personas heterogéneas con diversidad de historias, de intereses, de capacidades, que logre crear una comunidad en base al reconocimiento del valor y potencialidad de cada una de ellas. Una escuela que impulse en su alumnado el deseo de mejorar y aprender cada día en función de su propio ritmo y capacidad. Una escuela basada en la relación con el otro, mediante la colaboración y el cuidado”… “elaborar una nueva idea de escuela que dé respuesta a los cambios sociales y a las nuevas demandas que van surgiendo. En esta línea, los contenidos que aparecen a lo largo de los capítulos pretenden aportar ideas, reflexiones, experiencias… que nos permitan avanzar en la construcción de un nuevo sistema educativo”.
Lo que nos importa de este libro es, y creo que vale la pena resaltarlo, es que es la obra de un maestro que ha sido capaz de poner por escrito, con gran autenticidad y coherencia, su vida profesional y su gran riqueza experiencial. Y lo hace para poner en común lo que ha vivido y enriquecernos a todos los docentes con la lección magistral de una vida. Esto es excepcional en nuestro panorama educativo y es muy de agradecer.
Los capítulos están planteados como un recorrido por distintos campos que permita abordar una reflexión dialógica entre las ideas del lector o lectora y las que aquí se exponen con vistas a colaborar en desarrollar, ajustar, apuntalar, desbrozar, conformar… unos cimientos conscientes sobre los que levantar el entramado que nos permita llevar a cabo la labor educativa con mayor consciencia y con mayores posibilidades de éxito.
La estructura del libro admite distintos tipos de lectura. Cada capítulo está compuesto por una serie de apartados, con una extensión media de poco más de una página, que permiten una lectura independiente. Como lector o lectora, puedes decidir el orden que vas a seguir: la secuencia ordenada del libro o, en función de tus apetencias, necesidades e intereses, establecer tu propio plan de lectura mediante el índice detallado que aparece en las páginas finales.
Prólogo del libro
Cuando a uno le piden que haga el prólogo de un libro de la riqueza del contenido vital y educativo, como el de José Luis Alonso, le abruma la responsabilidad de atinar con lo que quiere expresar desde lo experimentado en la propia lectura.
Me gustaría que esta presentación sirviera para dar un impulso al lector para que se adentre en él con el afán de aprender y reflexionar con el autor, desde su sabiduría y de la experiencia propia.
Parte de una realidad inapelable, pero no siempre reconocida, “somos educados y educamos”. Para iniciar el viaje por el libro “te propongo que cierres los ojos”, nos dice, y así vayamos viendo la trayectoria de un maestro que intenta ser coherente y comprometido con su aula y con su colegio. Muestra las vivencias que en la relación educativa han ido modelando sus creencias que han dado sentido a su acción educativa.
El preludio biográfico nos indica la trayectoria que le llevó a “empezar a ser maestro”.
Las causalidades y casualidades le posibilitaron conocer una escuela (Palomeras Bajas, el colegio de “los Pacos”) con profesorado diferente al que conoció y tenía como referencia en un principio. Desde ese punto de partida y el acceso al conocimiento acumulado y compartido en los textos y experiencias de transformación de la educación (Freinet, La Escuela Nueva, Piaget, “Summerhill”…) “pude ir discutiendo, reflexionando, escribiendo, experimentando, viviendo otra forma de ser y estar con los chavales” En su trayectoria vital se encuentran los dos polos que expulsan la concepción del mito de la vocación docente y que lo resitúan en el ámbito de la responsabilidad, como debiera ser el que se exige a todas las demás profesiones: el servicio a la sociedad y el compromiso con una tarea profesional. José Luis nos dice que esos dos polos son su opción y su decisión, “el carácter político y el carácter vital” que acompañan la profesión docente. Esos son los “cimientos conscientes” sobre los que se asientan su labor educativa y su reflexión a lo largo del texto. Su intención es “desenredar y desarrollar el hilo que nos ayuda a tejer la relación educativa”. Así se fue tejiendo un lienzo inacabado, una vida que se fue haciendo y se sigue haciendo en la pasión encontrada en los espacios y tiempos de las aulas, los centros y los encuentros dialogados y constantes, desde el principio, en el MCEP y otros lugares de la renovación pedagógica.
Muestra con acierto lo que provoca en nosotros la vivencia cotidiana de la acción educadora, bajo el impulso renovado que recibimos y las emociones contradictorias que muchos de nosotros experimentamos. Nos dice que la tarea docente “me provoca alegría, frustración, desengaño, satisfacción, relaciones, vivencias irrepetibles, y me ayudan a mantener un impulso para seguir aprendiendo, seguir creciendo. Es decir, seguir viviendo”. De eso se trata: de seguir viviendo la tarea docente como nosotros queremos vivirla, no como el poder quiere que la desvivamos, como muertos vivientes.
Al adentrarnos en el contenido de la obra constatamos que la intención de José Luis es aportar a otros compañeros y compañeras lo aprendido a lo largo de una vida dedicada a la educación. Me parece especialmente interesante que comience exponiendo su concepción de “ser maestro”. Con ello pone las bases para poder entender una vida dedicada a la educación.
Continúa con algo que no suele ser muy habitual en las narrativas vitales desde la docencia en la educación básica: la reflexión sobre la elaboración teórica que orienta la acción educativa y la práctica que orienta y modifica la teoría que le va dando sentido.
Así se adentra en la exposición fundamentada en diversos autores, que le han acompañado, de sus “creencias” y de sus implicaciones educativas. Se detiene en “qué es el niño, sus necesidades, el funcionamiento de su mente, qué se entiende por aprendizaje”, en las aportaciones de las neurociencias, cómo construimos el conocimiento, cómo el reconocimiento de los ritmos y tiempos marcan la educación en la singularidad de cada persona, la necesidad de prestar “atención plena” al momento presente, la motivación que surge de la reflexión…
Muestra cómo concibe la educación como relación entre iguales. “El aprendizaje es un proceso de construcción propia”. Me parece necesario resaltar la idea de la autonomía del “yo con”. Y de que los conflictos reflejan problemas de relación y no de disciplina.
Me parece un gran acierto partir de este contenido necesario. La teoría que ha ido elaborando poco a poco nos muestra la riqueza que fundamenta y da sentido a la práctica docente del autor. Así nos anima a tener en cuenta la necesidad de la reflexión sobre la práctica para ir elaborando la teoría que dé sentido a nuestro quehacer docente.
La contraposición de un modelo de sistema escolar caducado con el modelo de “escuela con sentido” muestra los rasgos centrales de este modelo por el que José Luis ha apostado junto a todo el movimiento de transformación de la escuela en este país desde hace muchos años. Es aquí donde nos propone su conocimiento de la pedagogía de Freinet a través de las invariantes pedagógicas como aspectos básicos de la misma.
La gestión del aula y la relación educativa ocupa la parte central del siguiente apartado, aunque de hecho está presente en todo el texto. En la organización del aula va desgranando los elementos clave de la pedagogía de Freinet utilizados por el autor: la asamblea, los planes de trabajo, la cooperativa, los apoyos escolares, el texto libre…
Los sentimientos y el afecto forma parte de los seres vivos que desarrollan su sistema nervioso, nos dice el neurocientífico A. Damasio (2018) en su último libro. El autor aborda, en un capítulo de gran riqueza conceptual y experiencial, su visión del tratamiento de las emociones en la educación. Con frecuencia la escuela las ha puesto en un segundo plano. Ahora tomamos conciencia de su importancia.
La segunda parte, tan apasionante como la primera, nos introduce en la práctica pedagógica del autor en el aula. En las prácticas y metodologías utilizadas en las diferentes áreas del currículo, muy ligadas a la tradición freinetiana, va exponiendo en las diferentes temáticas desarrolladas —comunicando (lengua), calculando (matemáticas), contando historias (historia), investigando (ciencias), creando (expresión artística)…— sus vivencias, enfoques, propuestas, reflexiones y su buen hacer, mostrándonos la sabiduría de un maestro que aprende constantemente en la construcción de un nuevo currículo.
No podía faltar su experiencia y su visión de la organización, a través de los quince años en la dirección de un centro educativo.
La última parte del libro incorpora en los anexos los editoriales de la revista del centro que dirigió desde 1997 a 2012, dos artículos de “denuncia de la situación escolar” y las tertulias mantenidas en un grupo del MCEP.
Reclama a los lectores, casi continuamente, unas veces de forma explícita y de forma implícita a lo largo de todo el texto, que hemos de abordar sin temor el reto de construir otra propuesta educativa en la escuela pública que queremos: “Una escuela formada por personas heterogéneas con diversidad de historias, de intereses, de capacidades, que logre crear una comunidad en base al reconocimiento del valor y potencialidad de cada una de ellas. Una escuela que impulse en su alumnado el deseo de mejorar y aprender cada día en función de su propio ritmo y capacidad. Una escuela basada en la relación con el otro, mediante la colaboración y el cuidado”… “elaborar una nueva idea de escuela que dé respuesta a los cambios sociales y a las nuevas demandas que van surgiendo. En esta línea, los contenidos que aparecen a lo largo de los capítulos pretenden aportar ideas, reflexiones, experiencias… que nos permitan avanzar en la construcción de un nuevo sistema educativo”.
Lo que nos importa de este libro es, y creo vale la pena resaltarlo, que es la obra de un maestro que ha sido capaz de poner por escrito, con gran autenticidad y coherencia, su vida profesional y su gran riqueza experiencial. Y lo hace para poner en común lo que ha vivido y enriquecernos a todos los docentes con la lección magistral de una vida. Esto es excepcional en nuestro panorama educativo y es muy de agradecer.
Me parece que es un libro muy recomendable para ser leído y trabajado por muchos y muchas docentes jóvenes que inician su carrera profesional, y también por muchos que quieren analizar y cambiar en una perspectiva transformadora su trabajo en el aula y el centro educativo y su visión de la educación.
Esta obra nos anima a los que amamos la educación a entrar en la reflexión sobre la aventura impredecible, cargada de incertidumbres y sorpresas, que es la educación de los seres humanos y de la autoeducación permanente.
Creo que es una obra que puede ser un referente de buen hacer profesional y humano para los que hemos vivido ese tiempo y nos encontramos ya fuera del circuito del sistema de enseñanza, para los que lo transitan hoy y tienen una madurez adquirida, y para los que lo comienzan a habitar con una larga perspectiva por delante.
Así como el autor es agradecido con todos los que del autor aprende, yo también quiero agradecer a José Luis su estupenda aportación a la renovación pedagógica y a la visión de una educación más acorde con los procesos de humanización. Son las prácticas docentes transformadoras, asentadas en propuestas como las vividas y experimentadas por José Luis y otras muchas maestras y maestros, las que nos van a llevar mucho más allá de los actuales objetivos, currículos y estructuras del caduco sistema educativo que tenemos.
Cuando estamos, como dice el autor “en proceso de aprendizaje”, se hace mucho más necesario plasmar por escrito, como instrumento que facilita nuestra reflexión sobre la práctica, nuestras experiencias cotidianas en el aula. Sé que no es sencillo, que requiere un tiempo que no tenemos, pero ese ejercicio nos puede ayudar a recuperar y asentar la calma y el sosiego necesario en nuestra tarea diaria.
Estos escritos nos animan a los maestros y maestras a poner por escrito las apasionantes historias que vivimos cada día en la escuela, para aprender, sentir y enriquecernos juntos con las vidas de tantos docentes que caminan ya en la dirección de esa nueva escuela, a la que apuntan hoy las prácticas educativas de muchas y muchos docentes. Y José Luis tiene claro el papel y la misión de los docentes hoy: “Mi papel se identificaba más con el del jardinero. Mi misión era preparar el terreno, abonar, plantar semillas, cuidar, proteger… y esperar un tiempo, y si las circunstancias de la vida colaboran conmigo, al final ver salir la flor.”
Julio Rogero Anaya
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