Enseñar a escribir sin prisas… pero con sentido. J. Ramos García -coordinador

Los continuos avances tecnológicos y cibernéticos proporcionan a la civilización actual potentes herramientas y medios de comunicación e investigación científica que no sólo están transformando
radicalmente la forma de producir el conocimiento científico, social y cultural [lo cual afecta también a los conceptos de saber, aprendizaje y cultura], sino que también afectan a los hábitos, gustos y costumbres vitales de una ciudadanía cada vez más atrapada en un mundo globalizado y saturado de informaciones e imágenes que invitan al continuo consumo [que se suele disfrutar refugiado en lo privado], No se puede negar el monopolio de la imagen ñ-ente al contenido en la transmisión de la información2, precisamente por este motivo no está fuera de lugar reflexionar sobre la escritura y su enseñanza en las instituciones  educativas, no para contraponerla a la preponderancia del mundo visual, operación que, además de anacrónica, sería perjudicial para la finalidad que persigue esta obra [así como a lo fines de la información  misma]; aunque por el carácter complementario3 de ambos medios [el escrito y el pictórico], merece la pena detenerse en su especificidad para no arriesgamos a perder oportunidades de intercambio y  comunicación en los procesos de enseñanza.
La palabra, hablada y escrita, y la imagen pueden -y deben- integrarse y, al hacerlo, facilitaremos, sin duda, una comunicación más completa y, sobre todo, accesible a un número más amplio de oyentes y lectores  pero considerando que la lengua escrita permite acceder a un conocimiento radicalmente distinto’1 al que es posible acceder a través de la lengua oral; sin olvidar que las cambiantes exigencias de la vida moderna  demandan un dominio autónomo y crítico de la lengua escrita. Por estos motivos la finalidad de este libro que tienes en tus manos está centrada en aportar un marco de referencia útil y emocional que facilite la  enseñanza y el aprendizaje de la lengua escrita en las instituciones educativas.
La escritura no es una actividad técnica, sino una actividad cognitiva y afectiva compleja