Relato de cómo un programa de radio se convierte en un buen pretexto para compartir las características culturales de cada familia, las peripecias que atraviesan los inmigrantes de varios continentes en una comunidad madrileña y el acompañamiento que realizan los docentes a esta nueva realidad. La palabra de las y los estudiantes de un grupo escolar es una muestra de cómo la educación es también un espacio para configurar otras maneras de vivir nuestro mundo.
El día 23 de marzo, el equipo del programa “A vivir que son dos días”, de la cadena de radio “Cadena SER”, conducido por Javier del Pino, entró en mi aula multicultural de sexto curso del CEIP Doctor Federico Rubio de Madrid. Querían dar a conocer el relato de los niños y niñas sobre el viaje de sus familias en busca de una mejor situación laboral, social, de salud, educativa, a España. El programa se emitió el sábado 25 de marzo de 2017.
La experiencia fue muy buena para toda la comunidad educativa, quedé gratamente sorprendida, porque si bien, confiaba en el grupo y en cada uno de sus componentes, su intervención superó mis expectativas. También el equipo de radio quedó encantado con la actitud de las criaturas y el grado de reflexión y madurez de sus intervenciones. El programa emitido dos días después fue tratado y montado con gran sensibilidad y el resultado fue muy bueno. Hubo muchas felicitaciones en las redes hacia el director del programa, hacia los niños y niñas, también para la maestra (Facebook, twitter)
Conviene aclarar que el 90% del alumnado de esta escuela, pertenece a familias procedentes de otros países: Bélgica, Rumanía, Marruecos, Filipinas, China, Bangladesh, Pakistán, República Dominicana, Colombia, Paraguay, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Argentina, entre otros. por lo que me atrevo a decir que no existe una cultura mayoritaria y dominante, sino que en el ambiente se respira realmente multiculturalidad. Ambiente que permite que cada miembro del grupo trasmita con orgullo la cultura de su familia, la visibilice y la ponga en valor, y el resto la reciba con respeto, admiración y oportunidad para enriquecerse, reforzándose de esta manera los vínculos entre las naciones. Podría ser esta la explicación de que algunos de nosotros consideremos que esta escuela recuerda a la UNESCO.
En este enlace se puede escuchar:
https://cadenaser.com/programa/2017/03/24/a_vivir_que_son_dos_dias/1490374232_184436.html
Cadena SER (acrónimo de «Sociedad Española de Radiodifusión») es una cadena de radio española, generalista y de ámbito nacional. Es la radio generalista pionera y más escuchada del país, con alrededor de cuatro millones de oyentes.
A vivir que son dos días es un programa de radio de España, Colombia y Argentina, que se emite por la Cadena SER, Caracol Radio y Radio Continental respectivamente, los fines de semana (sábado y domingo).
Lo anteriormente narrado y la audición del programa podía ser la experiencia a compartir “El relato de 18 niños y niñas sobre el viaje de sus familias a España”; sin embargo, quiero, en este caso, integrarlo en el cooperativo recorrido educativo que esta intervención radiofónica fue generando desde su inicio. Lo relato a continuación.
La “Cadena SER” contactó conmigo, Isabel Sequí Vila, maestra de 6º curso de Educación Primaria en la Escuela Pública Doctor Federico Rubio integrante del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular en Madrid, el día 20 de marzo a través de Fabricio Caivano, asesor en temas educativos de la cadena SER, conocedor del Movimiento. Había pedido colaboración a Pepi Díaz, compañera del Movimiento de Cantabria; buscaba un grupo de escuela primaria multicultural para que contaran el viaje de sus padres hasta España. Pepi Díaz contactó con Ana Recover, del MCEP Madrid, su escuela en ese momento no podía participar. Ana Recover contactó conmigo porque conocía las características de mi grupo (19 niños y niñas y 11 nacionalidades de origen) y coincidían con lo que buscaban. Yo recogí la propuesta.
Tras grandes dudas por mi parte, y sólo después de consultar con el grupo de niños y niñas, en el último momento aceptamos. Sabíamos que -aunque no estaba prevista esta actividad en este momento, estábamos agobiados de trabajo, teníamos solo dos días para organizarnos- era una experiencia de vida que no podíamos dejar pasar. Iba a suponer una aportación de la escuela al entorno y del entorno a la escuela. Estaba convencida de que estábamos preparados.
A lo largo del curso habíamos analizado nuestro grupo desde múltiples aspectos. Nos habíamos interesado por las características personales, estructura familiar, países de origen, su cultura, su gastronomía, sus fiestas, sus cuentos infantiles. A través de las asambleas semanales habíamos discutido, debatido, argumentado sobre la diversidad y su riqueza. Sin embargo, desconocíamos cómo y por qué llegaron sus padres a España (su motivación, sus dificultades, sus opiniones), objetivo del programa de radio. Calibramos: necesitábamos preparar una encuesta para recoger la información, elaborar el relato con lo recogido y compartir cada uno lo suyo con el grupo, tal como en otras muchas ocasiones habíamos hecho con respecto a otros temas también, y al día siguiente grabar. Teníamos dos días. Niños y niñas dijeron: «¡Sí se puede!» Y nos lanzamos.
La emotiva intervención verbal de niños y niñas, tan bien expresada, provocó la felicitación, en las redes sociales, de oyentes que se habían emocionado con su relato, de Pepi Díaz que como maestra escribió al grupo una maravillosa carta que los dejó estupefactos (no eran conscientes del poder de su relato, de su opinión , de su transmisión de emociones), de Ana y otros compañeros y compañeras que estuvieron muy atentos de la hora de emisión, de otros que por casualidad habían escuchado el programa y nos reconocieron, de familias del colegio, de amistades. Parecía que ahí quedaba todo. Había merecido la pena la experiencia del grupo, las felicitaciones: “EL PODER DE LA RADIO”.
Pero… a partir de aquí llegaron las mejores sorpresas:
Unos días después de la emisión recibimos las felicitaciones de nuestros corresponsales del Colegio Público Madrid Sur y se animaron a grabar un video de presentación de cada uno en la clase que serviría de invitación para el encuentro que teníamos programado con ellos en el mes de junio. Asimismo, recibimos vía correo electrónico carta de Nina Caramés (compañera del MCEP Madrid), maestra del Centro de Personas adultas “Valle Inclán” de Getafe. Había escuchado con su grupo el programa y les impulsó a contactar con nosotros. También querían contarnos su relato de infancia, sus dificultades, sus alegrías. Escribieron sus historias y nos las enviaron (comenzaba de forma espontánea correspondencia escolar con personas mayores que duró hasta final de curso). Conocimos la historia de Nico, de 75 años, que fue pastor a los 6 añitos y quedaba solo en el campo día y noche, la infancia de Isabel, generación de la postguerra, sin poco que echarse a la boca, el factor común de todas aquellas personas “no haber podido ir a la escuela y la motivación de hoy de ir cada día a la escuela para que Nina su maestra les enseñe”. Las historias suscitaron muchas preguntas por parte de mi grupo: ¿Por qué te dejaban solo en la choza con seis años? ¿No tenías miedo? ¿Por qué te pegaba tu patrón? ¿Por qué había tan poca comida en la postguerra? ¿Por qué no ibas a la escuela?, ¿por qué…?
Enviamos audios preguntándoles de todo y respondieron a todas nuestras preguntas. Algunos mayores que no se atrevían a escribir, lo hicieron y otros que no querían que les grabaran la voz, lo hicieron. Quisieron venir a vernos y aunque por falta de tiempo (fin del curso escolar) no logramos conocernos personalmente, fue una experiencia fantástica para ambos grupos. Las personas mayores entraron en nuestras vidas y las pequeñas en las suyas. ¡Aprendimos tanto!
Y entonces… vinieron más sorpresas:
Juanma, compañero del MCEP Madrid, profesor del IES Rafael Frühbeck de Burgos, de Leganés, escuchó el programa con su grupo de 2º de la ESO. Los relatos de niños y niñas les impactaron de tal modo que decidieron comunicarse con mi grupo. También sintieron la necesidad de felicitarles y solidarizarse con sus experiencias. Entonces decidieron plasmar sus cartas, sentimientos, emociones sobre lo que habían escuchado elaborando un video maravilloso que nos hicieron llegar. Su profe me contó que uno de esos chicos que rara vez encuentra motivación escribió de forma voluntaria. Los dos grupos compartieron sus vidas y….. ¡Aprendimos tanto!
Y entonces……el curso terminó para los de primaria, los de secundaria, las personas adultas; continuará el próximo con otras vivencias que nos entusiasmen tanto como ésta: no me cabe la menor duda.
Y así es cómo nuestra escuela se coló en otros entornos y viceversa.
Mi agradecimiento a Javier del Pino y su equipo que quisieron corresponder a la generosidad de ese grupo de niños y niñas cuyos padres vinieron un día en busca de sus sueños, invitándonos a la Cadena SER en la calle Gran Vía. Los niños y niñas no pudieron ir ese 25 de junio porque habían quedaron ya voluntariamente atrapados en sus maravillosas vacaciones de verano ¡Algunos mayores sí fuimos!
La magia del aprendizaje cooperativo.