Juegos emocionales favorecedores de relación

Realizados en el Taller del Cuerpo, Congreso del MCEP- Huelva 2019 

Coordinados por Juan Fernández Platero y Rosa Pereda Serrano

De la incomunicación a la comunicación:

Nos movemos por la sala evitando la mirada al cruzarnos, en un segundo momento nos miramos sin sonreír al cruzarnos en un tercer momentos nos sonreímos posteriormente nos damos la mano y nos soltamos cuando otra persona da la mano a nuestra pareja, luego podemos dar la mano a otra pareja para deshacerla.

Caricias profunda:

 En dos círculos concéntricos mirándose y girando en sentido contrario el círculo interior ojos cerrados en exterior acaricia la cara del interior uno/a a una/o. Música: Oblivion de Astor Piazzolla.

Mi sonrisa:

Todo el grupo se desplaza por el espacio marcando el ritmo en cada sílaba se va recitando:

-“Mi sonrisa se ha perdido, no la paro de buscar, ¿Sabes tú dónde estará?

(se lo dicen las dos primeras personas que se juntan)

-“No lo sé,  No lo sé” (con gestos prefijados, ej.2  palmadas en pierna y 1 al frente)

Se vuelven a desplazar por el espacio hasta encontrar otra pareja para preguntar.

Repetida dos veces la cantinela en el tercer encuentro se contesta:

-“La  encontré, La encontré” (se abrazan las dos personas)

Se puede ir aumentando el ritmo de la retahíla a medida que se repite y según el grupo en lugar de tres veces se puede alargar creando así un buen ambiente.

Otra variante es cambiar los gestos en cada una de las repeticiones.

Vampiro:

Con ojos cerrados las personas van a circular en busca del vampiro. Dependiendo del grupo 3 o 4 personas cuidaran para que nadie con peligro.

Cuando se empieza a caminar, la dinamizadora toca a una persona que abre los ojos y se convierte en el vampiro.

El grupo que camina con los ojos cerrados cuando toca a alguien le pregunta

¿Eres el vampiro? Si dice NO sigue buscando. Cuando coge al vampiro este no contesta da un mordisco ( o beso) en el cuello y ya tenemos otro vampiro, que abriendo los ojos morderá a quién le toque.

Así discurre el juego hasta que todo el mundo está con los ojos abiertos.

El juego provoca distintas emociones según la edad y el grupo. Una variante es hacerlo en silencio.

El lenguaje de las manos:

Se divide en dos grupos a la gente. La mitad hacen un corro en el que luego cerrarán los ojos y mostrarán las manos para recibir el contacto con otra persona.

El otro grupo, una vez hayan cerrado los ojos los del círculo se acercarán en silencio y comenzarán a masajear las manos a una persona.

A una señal marcha el grupo que ha masajeado y se da la señal para que abran los ojos.

¿Quién te ha masajeado? Las personas intenta averiguarlo y se da otra oportunidad tocando con ojos abiertos las manos masajeadoras.

Luego cambio de papeles.