La lectoescritura – Josep Alcobé.

Fecha: 04/03/2013

La lectoescritura – Josep Alcobé.

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A continuación mostramos una carta  que demuestra hasta qué punto Josep estaba preocupado por la lectura. No tiene fecha de expedición, pero en este caso, el dato no tiene relevancia. Está dirigida a la dirección de la revista IN-FAN-CIA, y critica, precisamente, que le hayan puesto ese nombre:

 Carta abierta a la revista I-N-F-A-N-C-I-A

Cuando las cosas no son como realmente deberían ser.

Creo que una de las cualidades que se deben apreciar más en la gente es la coherencia. Coherencia que se entiende como la actuación en todo momento y circunstancia de acuerdo a unos principios. Que pueden ser morales, pero también pedagógicos.

Y la coherencia entendida así puede aplicarse también tanto a las cosas materiales como a las inmateriales. No se puede opinar y actuar según una norma unas veces y en contrario totalmente, en otras, cayendo así en una contradicción permanente.

¿Por qué he escrito I-N-F-A-N-C-I-A letra a letra y no tal como aparece en la cubierta y a lo largo de cada una de las páginas de la revista? Pues porque no hay apenas diferencia, si nos ponemos finos, en la didáctica que supone enseñar a leer de una o de otra manera.

Hace siglos que se viene enseñando la mecánica de formar sílabas, para hacerlas sonar con vocales alternativas. Ya sea nombrando las letras como hace la madre, ya sea haciéndolas sonar fonéticamente.

Según tengo entendido, presentar la revista como IN-FAN-CIA dependió de la inspiración de un artista diseñador. Como si la pedagogía y la didáctica tuviesen que depender de criterios “artísticos o decorativos”. No como consecuencia del progreso científico que impulsan los lingüistas, basándose en hechos psicológicos y fisiológicos… de cómo, en definitiva, funciona la mente.

He de reconocer, sin embargo, esta revista como la mejor, por el contenido, de todo el Estado español, sobre todo relacionado con la educación de la infancia. Pero cada vez que leo IN-FAN-CIA me duele el corazón.

Un día, una persona me confesaba que su descendencia no sabía leer sin cierto silabeo, a pesar de la edad y de haber pasado por escuelas de prestigio. De hecho, de lectores incapaces, de analfabetos prácticos, hay muchos. Desde los que necesitan que les expliquen lo escrito para saber de qué va, hasta los que a duras penas, sonorizando lo escrito, llegan a entender alguna cosa.

Hace tiempo que siete movimientos franceses estudiosos de la lectura han firmado una declaración conjunta en la que trataban de entender y definir qué es leer, cómo lo hacen los que realmente saben, las estrategias que utiliza el buen lector según las circunstancias; estrategias que es necesario trabajar y favorecer para que el individuo llegue a ser un lector de verdad.

Aproveché la ocasión para haceros unas aclaraciones y también hice alusión a que la manera en que utilizáis la palabra infancia significaba tomar partido por una tradición superada, nada consecuente con el hecho de que leer no es descifrar (decodificar, GFEN) combinando unas letras, sino comprender directamente a través de la vista el significado de un texto.

No puedo evitar trascribir un trozo de la página 287 del libro “El poder de leer”, del G.F.E.N. francés, editado por Gedisa, 3ª edición, octubre de 1985, Barcelona. (Tradutore, que no traditore)

La escuela y la lectura.

Con demasiada frecuencia la escuela considera que ha cumplido su misión en el campo de la lectura limitándose al indispensable aprendizaje de la decodificación (descifrado, sonorización, N. del T.) en el curso preparatorio, que se prosigue en el curso elemental (de acuerdo con la organización y denominación en Francia, N. del T.). Pero quien dice decodificación no siempre dice comprensión del texto. Para lo que a las demás clases se refiere, la lectura es muchas veces enfocada bajo el aspecto de “control”. Pero, ¿qué clase de control?

Frente a una metodología “natural” de la lectura (que hemos de reconocer que en algunos practicantes no es correcta) está, evidentemente, la metodología “antinatural”. De ahí viene que sea necesario inventarse dos etapas: la del descifrado o construcción silábica y la de la lectura “comprensiva” o de entendimiento del texto. Es como si para enseñar a cavar la tierra se hiciese en dos etapas:

1ª. Coger la parte metálica, sin el mango, y clavarla en la tierra con la presión de las manos mediante un movimiento lateral de vaivén.

2ª. Ponerle un mango adecuado a la parte metálica y enseñar el movimiento que el hombre históricamente ha venido realizando desde siempre.

Probablemente muchos aprendices abandonarían en la primera etapa, porque no encontrarían ninguna gracia ni utilidad a este ejercicio pretendidamente didáctico.

¿Por qué no dejamos hacer lectura real, comprensiva, desde el primer momento? ¿No será, quizás, porque eso elimina la edición y venta de los llamados “libros de lectura”? Estimadas amigas de… la revista. Volved a leer el B A = BA que, aunque extremando las cosas, explica verdades como templos.

A pesar de que M A = MA pueda referirse a una parte de nuestro cuerpo en catalán (mano), se trata solamente de una excepción, pues la mayoría de monosílabos no tienen ningún significado.

¿Sabéis que en la Escuela Normal de Montpellier, la didáctica de la lectura se hace por el método Foucambert únicamente? ¿Queréis saber en cuántas más, en Francia? Aquí todavía hay demasiada mentalidad enganchada a la tradición ya superada, incapaz de evolucionar y adaptarse a las innovaciones científicas. Y también demasiados intereses creados –intelectuales, materiales, de prestigios inmovilistas- que nos impiden avanzar.

Si os parece que me explico con demasiada dureza, lo siento. Pero no puedo evitarlo. Las cosas son como son y no como queremos verlas. Ya hace mucho tiempo que me comía el gusanillo por dentro y si no lo digo, reviento.

Josep Alcobé

Miembro del MCEP de Catalunya.

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La lectoescritura Alcobe