Enrique Javier Díez Gutiérrez, Universidad de León
Los textos escolares dominan el curriculum: la mayor parte del tiempo escolar se centra en torno a ellos. Ayudan a construir el imaginario colectivo de las futuras generaciones, la comprensión que se hace y la perspectiva que se adopta sobre el pasado, el presente y el futuro.
Tras una investigación a lo largo de tres años, en la que analizamos los contenidos de los manuales escolares de Historia de España de Educación Secundaria y Bachillerato, y en la que realizamos 610 entrevistas a profesorado y 376 a alumnado sobre lo que están aprendiendo en sus libros de texto sobre la represión en la dictadura y la lucha antifranquista, hemos constatado que la memoria histórica de aquel período permanece invisibilizada, ocultada e incluso tergiversada en buena parte del material curricular que utiliza el alumnado en ESO y Bachillerato.
Todo empezó con un documental
El origen de esta investigación surgió a raíz de la producción y realización del documental “Los campos del silencio”, sobre los presos republicanos en campos de concentración franquistas. Cuando preguntamos en una clase de Historia de un instituto en Fabero del Bierzo (León), constatamos que el alumnado desconocía que en su localidad hubo un campo de concentración y que algunos de sus abuelos habían estado presos en él, trabajando como “esclavos de Franco” para una empresa privada (Minas Moro) en la extracción de carbón. A raíz de ello, investigamos.
Conclusiones impactantes
Las conclusiones del estudio fueron significativas:
Extensión: los contenidos se centran excesivamente sobre la Guerra Civil, mientras que la represión de la posguerra y la lucha antifranquista siguen en la sombra.
Distancia: se da una visión supuestamente “distante y aséptica”, con formas genéricas que apenas dicen nada o que ocultan, más que aclarar, lo que parece no quererse abordar de forma clara y decidida.
Invisibilidad y minimización: menos de la mitad de los manuales de 4º de la ESO hace referencia a la represión de la dictadura franquista, que fue sistemática durante casi 40 años. La represión se queda muchas veces en un cuadro de detalle, sin explicar quién, cómo, ni por qué se fusilaba o se incautaban los bienes.
Tergiversación: a veces se falsean las causas de la Guerra Civil. Según un texto de una de las editoriales más vendidas, la Guerra Civil fue “originada por el caos que produjo la Segunda República”.
Lenguaje: se utilizan términos que disminuyen la gravedad: “alzamiento” en vez de golpe de estado, “generalísimo” en vez de dictador (refiriéndose a Franco), se aclara el término dictadura como simplemente “gobierno no democrático” y donde parece que el único problema es que “no hubo libertad” durante su transcurso.
Teoría de la equidistancia: se insiste reiteradamente en afirmar que hubo un “enfrentamiento fratricida” o un “conflicto entre hermanos”, como si dos bandos igualados se hubieran enfrentado en las mismas condiciones o legitimidad.
Equiparación: se busca en muchas ocasiones hacer un paralelismo entre golpistas y defensores de la democracia, afirmando en algunos manuales que “uno y otro lado provocaron las mismas víctimas”, cuando los golpistas ejercieron durante 40 años una represión sistemática.
Temas “tabú”: prácticamente en ningún manual escolar se aborda la incautación de bienes o el papel legitimador de la Iglesia católica. Al igual que la lucha antifranquista.
Alguna editorial ya habla de “represión”
No obstante, es justo reconocer que recientemente alguna editorial ha empezado a mencionar la represión, incluso alguna referencia a la lucha antifranquista y a las víctimas españolas de los campos de concentración nazis.
Los estudiantes, en las entrevistas, reiteran que “no se suele llegar en clase a este tema”. Aunque algunos profesores y profesoras de historia matizan alegando que “en algunos casos” no se quiere llegar, puesto que se considera un “tema espinoso” que sigue levantando ampollas y que pueden encontrar problemas.
Saben más de nazismo que de franquismo
Lo cierto es que el alumnado muy a menudo manifestaba un profundo desconocimiento de la represión franquista, considerando que solo había habido represión contra las libertades. Y, en general, parecían tener una visión de que todo esto era algo del pasado, que no les afectaba, como si fuera otra “anécdota” más de la historia. De hecho, se constató que sabían más del nazismo que del franquismo.
El hecho chocante es que en otros países, de Alemania a Inglaterra, de Italia a Francia, de Argentina a Polonia, esta temática se aborda de forma sistemática en las clases de Historia y se visitan regularmente los lugares de la memoria, de tal forma que en investigaciones similares lo que muestra el alumnado es, justamente al contrario de lo que pasa en España, que tienen una sensación de “saturación” por la constancia con la que aparece en los contenidos escolares en sus países.
El uso del olvido
No olvidemos que las dictaduras utilizan el olvido para imponer su visión de la historia. Es la democracia la garante y responsable del recuerdo y la memoria que se lega a las futuras generaciones.
Por eso hemos realizado unas Unidades para la Recuperación de la Memoria Histórica que tratan de recuperar esa parte de nuestra historia que ha quedado relativamente olvidada o silenciada en el curriculum escolar .
Enrique Javier Díez Gutiérrez, Profesor de Ciencias de la Educación, Universidad de León
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.