La escuela no es un lugar ideológicamente neutro, al margen de las realidades políticas y sociales; La escuela es uno de los eslabones esenciales en la lucha por el progreso ([i]) . La escuela es un reflejo de la vida social e implica un compromiso social más allá de hacerla eficiente y atractiva (Freinet).
El tema para el que la Comisión de educación de Leganés, y en concreto María Jesús, nos ha reunido hoy, “La transformación social a través de la escuela”, es de gran calado, un asunto con una enorme carga de profundidad.
Tod@s los que nos encontramos hoy aquí, en “La Libre de barrio” de Leganés, estamos por una escuela pública, laica, gratuita y de calidad de todos y para todos. Con este objetivo nos reunimos en ocasiones para discutir sobre problemas de organización y de gestión de la escuela, para conocer métodos, técnicas, herramientas que nos permitan garantizar a los alumnos y a sus familias una mejor calidad de la intervención educativa. Para cambiar la escuela, y no es una tarea menor.
Creo que somos conscientes que la escuela “escolariza” muy bien, pero no “educa” bien. Decía Freinet: “si la escuela se perfecciona es porque el naciente capitalismo necesita un material humano educado, bien dispuesto para servirle”([ii]). El problema educativo no puede entenderse si sólo contemplamos las claves pedagógicas del mismo, por eso hay que ubicarlo en los ámbitos sociales, políticos y económicos.
La escuela cumple un papel social social y económico sobre el que es importante reflexionar: tiene asignado un mecanismo de selección, produce seres humanos estandarizados cuyo comportamiento pueda ser predecible y controlado, crea seres pasivos y dependientes, enseña a obedecer órdenes, fuerza a los niños y niñas a crecer en el absurdo (horas sentados, recluidos en un lugar, escuchando, …), reduce el mundo real alejando a los niños y niñas de la diversidad de la vida, apaga la curiosidad, crea seres dependientes, consigue que se difumine la comunidad, hasta hacerla desaparecer… Las personas bien escolarizadas son “útiles” para esta economía capitalista y de consumo pero son irrelevantes y, desgraciadamente, las escuelas y la escolarización son cada vez más irrelevantes (los massmedia hacen cada vez mejor este papel).
Por supuesto que tod@s estamos de acuerdo, como profesionales que somos, que no es esta la escuela que queremos … pero… las dinámicas diarias, la rutina escolar, las notas, los libros de texto, los horarios imposibles de cambiar, los especialistas, la necesidad de completar los curricula, las evaluaciones, … suponen para muchos, gentes responsables que trabajan duro en las escuelas, una barrera infranqueable que consigue que la lógica abstracta de la institución sobrepase sus contribuciones individuales. O sea que, a su pesar, la escuela sigue cumpliendo ese papel social político y económico con el que no estamos de acuerdo pero al que contribuimos a mantener.
Desde que empecé a estudiar el bachiller siempre he creído en la fuerza transformadora de la educación y más tarde, como profesional de la educación, siempre tuve inquietud por la repercusión de mi trabajo, especialmente por lo que pudiera suponer de mejora de las condiciones personales y sociales del grupo de personas en el que trabajaba.
¿Debe la escuela hacer algo para cambiar y mejorar la sociedad? ¿Puede hacer algo?
Retomo lo de la carga de profundidad, que no es baladí. La carga de profundidad es la más antigua de las armas antisubmarinas y se activaban por presión hidráulica al alcanzar una determinada profundidad. Y esta puede ser la estrategia.
Necesitamos volver a pensar en las premisas fundamentales de la escolarización y decidir qué es lo que queremos que los niños y niñas aprendan y por qué. La formación de individuos con altos grados de autonomía, creativos, críticos y reflexivos es lo que logrará que la escuela transcienda al plano de lo social. “Para cambiar lo global hay que actuar desde lo local”.
Como miembro del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (MCEP), quisiera destacar en esta breve intervención, cuya intención es iniciar el debate que nos ha convocado hoy aquí, que nos pone en el camino de esa transformación social introducir en el trabajo cotidiano del aula técnicas([iii]) de enseñanza que permiten una relación creativa, constructiva, significativa, crítica y reflexiva([iv]) del niño con el conocimiento, considerar que se aprende más cuando se actúa sobre las cosas que cuando se las contempla o se escucha sistemáticamente hablar de ellas; no olvidar que se aprende con más facilidad si los aprendizajes tienen significado para los niños; atender a la importancia que tiene el dominio del lenguaje para comunicar el pensamiento y acceder al conocimiento y lograr una escuela que considere la participación de las familias y en la que los niños aprenden de manera viva los principios de la democracia y la autogestión por medio de la asamblea escolar (en la que se materializan las aspiraciones de solidaridad, libertad, justicia, democracia, igualdad y fraternidad). Pero ¡Ojo!, la pedagogía de Freinet no consiste sólo en la adopción acrítica y mecánica de sus técnicas.
El trabajo cooperativo y en equipos pedagógicos es otro de los temas importantes, de aquí la importancia de formar grupos, cooperativas o hacer encuentros periódicamente para intercambiar experiencias, producir y difundir materiales de trabajo, etc. El maestro debería trabajar en equipo en el seno de su escuela y fuera de ella.
Por último, me gustaría recordar que Freinet fue un hombre preocupado por los problemas sociales y políticos de su tiempo, por eso la pedagogía que desarrolló no es ajena al plano de la vida social y cuestiona la escuela no sólo en el contexto del sistema educativo, sino de una estructura más compleja que es la sociedad misma. Freinet dice que la escuela no es un lugar ideológicamente neutro, al margen de las realidades políticas y sociales; para Freinet la escuela es un reflejo de la vida social e implica un compromiso social más allá de hacer eficiente y atractiva la escuela. La escuela es uno de los eslabones esenciales en la lucha por el progreso.
Para terminar me gustaría recordar que las maestras y maestros del movimiento Freinet, a lo largo de la historia y en la actualidad, no sólo han trabajado para l@s niño@s y la escuela, también han tenido una participación muy directa en la militancia antifascista y en el desarrollo de iniciativas de izquierdas para garantizar una enseñanza de calidad y una sociedad mejor.
PacOsorio
Introducción a la Charla debate “Transformación social a través de la escuela” en La Libre de Leganés — 02mar2018