La luna
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.…
Se puede dar de postre a los niños y niñas
cuando no se han dormido…
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Jaime Sabines
La luna nos llega cada noche. Ella no sabe de confinamientos. Aunque sí sabe esconder lo que no quiere mostrar.
En estos días en que nos están sucediendo historias desconocidas y distintas, me vienen muchas noches los versos que un día me regaló un amigo mexicano, Paco Navarro, cuando nos despedimos. Desde entonces guardo un frasquito de Luna.
Cuéntanos qué pasea por tu cabeza cuando te acuestas estos días, o cuando te levantas y no puedes salir de casa, o cuando miras por la ventana buscando un no sé qué.
En el aula teníamos una caja, un buzón, una carpeta, un lugar (dependiendo de la edad) donde íbamos a dejar alguna de las emociones cuando no queríamos contarlas a nadie. Allí siempre encontrábamos un frasquito de luna, o una hoja de luna o un beso de luna escondido entre colores.
Que la vuelta al cole sin cole te sea linda. Y, si lo necesitas, prepara un botecito de luna esta noche, antes de irte a dormir.
Desde Huelva, pas(e)ando por México, Madrid y volviendo a ti.
Gracias por tu bella imagen, M.Jesús Feria.
Gracias por tus poemas entre lunas y amores, Jaime Sabines
Gracias a los niños y niñas con los que tanto aprendo de sus palabras , miradas, caras ocultas y preguntas.
LupeMcepMadrid
Un beso de luna
Otro de Lupe