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No me da miedo el ruido del poder, de los tanques del poder, lo que me aterra es el silencio del pueblo”.
Usted no es mi obispo, pero yo sí soy su alcalde”. Julio Anguita

 

Entremuros 2

La libertad de hacer lo que te mande

La podríamos cambiar por “Usted no es su obispo, pero yo sí soy su maestra”.

Los textos que estos días estoy compartiendo con vosotras y vosotros me dejan una emoción agradable, como si saliera de la pantalla un abrazo a esos niños y niñas, a este oficio de  maestra cuando es compromiso, respeto, solidaridad, acogida.

Este de hoy me provoca dolor y rabia: me cuesta aceptar que tras 45 años de democracia, en un país oficialmente laico, la asignatura de Religión Católica tenga la misma franja horaria que la de Música y la de Plástica juntas, ahora llamadas “Artística”: 90 minutos semanales. Me cuesta aceptar que aún se esté impartiendo ese área en las Escuelas Públicas, y en las concertadas, pagadas con dinero público.

Podría contaros los des/equilibrios para encajar esos horarios de Religión Católica dentro del aula, aunque haya un sólo niño o niña.

Podría contaros que según qué equipos directivos e inspecciones, te cuestionan a qué dedicas esos 90 minutos con el resto, aunque el resto sean 23 criaturas las que no optan la Religión Católica

No sé lo que creen, pero actúan como poseedores de la verdad absoluta y miran a los seres humanos como diciendo: “Ven que te salve, pobrecito”, o con el más arbitrario de los desprecios.

En todos los colegios que estuve no conseguí gran cosa, más allá de disfrutar con los que no se iban y dedicar el tiempo a todo lo que consideraba importante.

En los últimos cursos escolares tuvimos un pequeño logro: que la profesora atendiera a grupos de 20 o 25 criaturas. Hasta entonces, se llevaba grupos reducidos (unas sesiones los del 1ºA, y otras los de 1ºB aunque sólo fueran grupos de 5 ó 6). Cuando planteabas la normativa de “hasta 25” los argumentos que se esgrimían eran “Pobrecilla, reduce horario” o “No, porque tendría que ir a dos coles”

Es dinero público el que paga a estos docentes que, además, son designados desde la institución eclesiástica católica.

En fin, esto es solo para contaros que a mí recordaban a las carabelas que llegaron a las Américas a evangelizar. Así los he sentido en los claustros o reuniones, cuando planteabas algo que les rozaba un poquitín sus costumbres de conquista y sumisión. Me dan ganas de jugar, con el lenguaje, porque se me parecen más a calaveras, rostros sin vida que niegan el derecho a pensar por uno mismo y una misma, en nuestras escuelas, mercados y plazas.

¿Por qué no se cambia nuestra escuela?

Os podría contar que entre el 2011 al 2014 (la ofuscación ha borrado de mi memoria el curso exacto,) en aquel cole de los cementos opresores, tuvimos una extraña visita:

Un día, en ese cole entremuros, me cuentan los alumnos y alumnas que va a venir el Obispo de Getafe. Yo, que no creo en el cielo, a veces estoy en el limbo.

Y antes de irme, pasé por el despacho de la directora. Efectivamente me lo confirmó, y que de tal hora a tal hora la profesora de Religión pasaría por las aulas a recoger a los alumnos… tal día, tal, tal, tal tal.

¿Se ha pedido autorización a las familias? ¿Se ha hablado en el claustro?

Pero no, no lo había hecho, ni, según ella, lo tenía que hacer.

Le dije que mis alumnos y alumnas no irían sin autorización de las familias.

Ya sabéis cómo se despedía esa persona, llamándome inflexible. Insistiendo, además, que estaba atentando contra la libertad de los niños y niñas y de sus familias.

Antes de esa magnífica visita, coincidió que hubo claustro, no para debatir, ni informar sobre el tema. En el turno de ruegos y preguntas, lo planteé.

Ante mi negativa a participar en esa extraña visita, las pocas personas que intervinieron no salían de: Lupe no tienes derecho. Atentas contra las libertades de las personas.Tienes la rigidez de las personas que os creéis que defendéis la libertad.

El Obispo o Arzobispo vino. Mi alumnado no participó.

Hay prácticas no sólo obsoletas y arcaicas, sino amorales, inmorales, ilegales, dictatoriales y fuera de toda ética… Y,en algunos lugares, en más de los que creemos, son prácticas habituales que ejercen quienes siguen teniendo bastones de mando injustos, o palos de golf, o báculos celestiales.

¿Qué os puedo contar sobre las libertades que abogan estas personas, después de lo que está pasando estos días en Madrid, entre telas bicolor con escudo  y cacerolas, gente desmaquillada, enmascarilladas o no…?

La escuela no es el lugar por donde la Iglesia debe pasear sus creencias y banderas.

No podemos permitirnos más tiempo este absurdo, esta tropelía, esta desfachatez.

Tendremos que seguir luchando y cantando con Labordeta. Aunque nos roben y manipulen las palabras de libertad, respeto, justicia, derechos humanos, servicios públicos…

Otra escuela, la que defiende los derechos humanos, las libertades,  los servicios públicos, la democracia,la pensamientos distintos, la diversidad,… esa escuela es la que queremos y seguiremos defendiendo.

Nuestra escuela laica llena de todos los que necesita un niño y una niña para crecer.

Desde Huelva, pas(e)ando por Córdoba, Madrid y volviendo a ti.
Gracias por tu bella imagen, M. Jesús Feria.
Gracias por tus reflexiones, tu hacer, tu compromiso Julio Anguita.
Gracias escuela, por enseñarme tanto.
LupeMcepMadrid.

P.D. Anoche, cuando había terminado de dejar esta entrada en Borrador, apareció ante mis ojos una noticia, habitual en estos tiempos, o sea, en los últimos 45 años. Por si os quedan dudas de lo que hacen : dos organizaciones católicas CONCAPA y CEAAAEC acaban de prentar amparo en Bruselas a la Comisaria Europea y al Defensor. No puedo poner el enlace (derechos de Copyright), pero han vuelto a sacar las caravelas, perdón las calaberas.

Y para terminar emulando a Julio Anguita :

“A lo mejor usted, fuera de la escuela, puede que sea el obispo de 5 criaturas, las otras 18 son musulmanas; pero yo, dentro y fuera de la escuela, soy la maestra de todas”.