Simeón Omella. El maestro de Plasencia del Monte. Sebastián Gertrúdix

REEDICIÓN:
La primera edición, aparecida en 2002, se agotó pronto y volver a publicar el libro sin nuevas aportaciones nos parecía innecesario.

Sin embargo, a lo largo de estos años hemos ido conociendo nuevas informaciones, que nos han animado a reeditar el libro, pues sirven para conocer mejor la vida y la obra del Maestro. Están agrupadas en el apartado de “Nuevas aportaciones”, en el que damos a conocer su memoria de prácticas, varios de sus artículos en prensa que no conocíamos en la primera edición, aparecidos en el Diario de Huesca, -algunos de ellos facilitados generosamente por el historiador Jesús Lou-, el relato que hace el cursillista Pedro Mallada de su visita a la escuela de Plasencia, un artículo de Enrique Satué (“Buenos días, don Simeón”) y otro de José Luis Hernández Huerta (“El cuaderno escolar Renacer”), quien nos aclara dónde estuvo el maestro después de marchar de Plasencia, a finales de julio de 1936.

Incluimos, además, un anexo con tres portadas del cuaderno “Renacer” y con noticias del maestro aparecidas también en El Diario de Huesca.

DEL PRÓLOGO

Conocimos a Simeón Omella cuando preparábamos el material para el número 64 de la revista Aula Libre, dedicado al centenario de Celestin Freinet. Su labor en la escuela de Plasencia del Monte, aplicando las técnicas Freinet, se nos reveló de gran calidad e importancia. Por ello decidimos seguir profundizando en su conocimiento y recopilando información para poder llegar hasta este momento. Otra pista interesante fue un artículo de Elena Ruiz Gallán en el Diario del Altoaragón, en el cual se nos ofrecía un retrato muy atractivo del maestro. Entre otras cosas, Elena nos decía:

«Si la época de la II República fue favorable para la Educación creando muchas escuelas nuevas, propiciando innovaciones métodológicas, material, preparación de los maestros… nuestra provincia no fue una excepción.
Es más, hubo un pueblo, Plasencia del Monte, que pudo y aún puede hoy día congratularse por haber tenido el privilegio de disfrutar de las enseñanzas de  un gran maestro: don Simeón Omella y Ciprián.
Nació, don Simeón, el 26 de julio de 1895, en Losangis.
Su padre, Bienvenido, era secretario y practicante. Su madre, Casiana Ciprián y Zivirac, era maestra  y, entre otros lugares, trabajó en Fago, Martes, Embún, Larués…

Simeón fue el mayor de diez hermanos y no era el único que estudió Magisterio; sus hermanos Eusebio, Pedro y Atilano, también lo hicieron; de todos ellos  el más conocido en Huesca es Atilano, que fue secretario de esta ciudad. 
Simeón comenzó sus estudios de Magisterio en 1911 y realizó el grado elemental (1º y 2º) con carácter no oficial, residiendo por aquel entonces la familia en Larués.
El grado superior (3º y 4º) ya los cursó  oficialmente, siendo declarado apto como maestro el 27 de septiembre de 1915.

Desconozco donde trabajó los primeros años y tampoco sé exactamente su llegada a Plasencia, pero la podríamos situar próxima al año 1923. Aquí casó con una hija del pueblo, de casa Bernués (lo que explica su  larga permanencia en Plasencia) y tuvo varios hijos: Zoé, Manuela, Cointa, Luis…
De su quehacer como maestro dan testimonio los que fueron sus alumnos y alguna pequeña joya escrita que, de manera casual, ha quedado para que lo podamos corroborar».

El artículo acababa con varias preguntas y la última lanzaba una especie de reto: ¿Quién quiere profundizar sobre don Simeón y su obra?

Y aquí entramos nosotros.

Sebastián Gertrúdix

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