“Tomamos la palabra en defensa de lo colectivo”, las posibilidades que pueden ofrecernos los diferentes medios tecnológicos con los que contamos.
Para iniciar el debate y centrar su ámbito, Diana hace un breve repaso a algunas de las lecturas que se habían ido proponiendo durante el año (“Infocracia”, “En el emjambre” y “No cosas” de Byung Chul Han, “Anestiados” de Diego Hidalgo y “¿Quién controla el futuro en la educación?” de Axel Rivas), dejando apuntadas unas cuantas ideas para la reflexión:
Se tratan de lecturas en clave muy crítica, incidiendo sobre los peligros a los que estamos expuestos con el uso de las redes sociales y de la tecnología en general.
Hasta el momento presente, el ser humano se movía como masa, con una ínica voz; en estos tiempos el individuo se acumula en forma de enjambre, relacionándose en base a la individualidad de cada uno, perdiendo el sentido colectivo e inmersos en el ruido de la información. Las uniones son momentaneas y ello hace que no se creen lazos que puedan facilitar la búsqueda de objetivos comunes.
Existe, además, un exceso de información que hace más fácil caer en la emoción inducida.
También es cierto que, en la actualidad, la activación de los movimientos sociales es a través de las redes, herramientas importantes de difusión y de acción.
En lo que nos toca, hay que destacar muy positivamente la importacia qu ha tenido para el MCEP la posibilidad de utilizar herramientas como Zoom que nos ha permitido no sólo mantener un gran contacto durante toda la pandemia y fuera de ella durante este curso pasado, sino que además nos facilitó el poder hacer un congreso virtual.
Las redes permiten poner en contacto a personas que de otra manera no tendrían posiblidad de realizar intecambios por lejanía o aislamiento.
El no encontarse de manera física y la posiblidad de actuar bajo pseudónimo baja el nivel de empatía y aumenta la agresividad.
Si bien no cabe duda que no pueden sustituir a la relación presencial, también hay que señalar que a ésta hay que dotarla de dinámicas y tiempo que faciliten la reflexión, lo que no siempre se hace, que faciliten la conjugación entre la participación individual y la elaboración y profundización de una voz colectiva.
Entre los aspectos más negativos señalar el exceso de información con el que nos encontramos, así como la disparidad de redes, ambos parámetros claramente intencionados, lo que lleva, por un lado, a la dificultad de un análisis de lo que se está debatiendo y, por otra, a la dispersión de la gente, de tal manera que se pueda mantener discusiones sobre aspectos iguales o similares en diferentes ámbitos sin que se encuentren entre sí, lo que impide la aparición de una línea conjunta de actuación. Puede ser tanta la cantidad de opiniones que recojamos que nos lleve a una parálisis de actuación.
Sorprende, además, que el activismo social se ejerza a través de las redes montadas por la grandes multinacionales tecnológica.
También existe el error de escuchar tan sólo aquellas opiniones que van en tu misma línea, lo que puede llevar a la creeencia de que todo el mundo piensa como tú, además de obviar las otras opiniones, lo que puede hacer perder capacidad para contrarrestar sus discursos.
Volvemos a recordar, asímismo, el debate mantenido en el Taller de Tecnología Educativa durante el congreso virtual del año pasaso y el impaco ambiental que todas estas tecnologías, que se dicen limpias, tienen sobre el medio ambiente con sus grandes emisiones de carbono a la atmósfera.
En general sentimos un cierto hartazgo/pereza para manejar estos medios, pero como MCEP no podemos renunciar a estos canales de comunicación, ya que ocurre, un poco, como antes con la televisión, si no estás en ellos, no existes.
Curiosamente, en el grupo de Facebook del MCEP, publican más las personas que no son del colectivo, lo que provoca que puedan aparecer entradasa que no compartimos como si fueran del grupo.
Hay que buscar, sin duda, un equilibrio entre todos estos aspectos con los que nos encontramos hoy en día en nuestra práctica esolar y en nuestra vida diaria.
Está claro que tenemos que utilizar todos los medios a nuestro alcance para la difusión de nuestra pedagogía y de nuestro planteamiento social, buscando estrategias que hagan accesible el discurso y que faciliten la participación: estar en el aquí y ahora, estabecer el equilibrio personal, del colectivo y planetario.
¿Somos capaces de darle la vuelta a esta situación? ¿Estamos desmontamdo la democracia en favor de la tecnocracia?
Frente al exceso de información es necesario, más que nunca, reforzar el pensamiento crítico, base de la Pedagogía Freinet.