Un factor crucial en un proceso de innovación educativa para la integración en la detección y atención a las necesidades de los centros en función de las nuevas variables que en ellos introduce el fenómeno de la integración. cuando dichas necesidades son debidamente atendidas, cuando el profesorado individualmente y en equipo se siente capaz de afrontar el reto que la integración plantea al sistema educativo, cuando los padres y madres, alumnos y alumnas constatan la calidad de la educación en situaciones integradoras, entonces es cuando se puede asegurar que las actitudes ante la integración son favorables. Mientras no se avance por este camino, la integración está en peligro de ser rechazada con argumentos de todo tipo que enmascaran la debilidad o la incompetencia del sistema para educar a todos los ciudadanos y ciudadanas sin exclusiones.